Fieles a su cita con la Muestra local de Artes escénicas de Rivas Vaciamadrid, Unicornio Teatro estrenó, el día 4 de junio de 2023, Un marido de ida y vuelta, de Enrique Jardiel Poncela, con una impecable dirección de Nieves Mateo.
La representación, seleccionada dentro de la VII Muestra de Teatro Aficionado de la Comunidad de Madrid, dejó entrever la fortaleza de una arquitectura escénica sin peros que sustentó con pulso firme la presencia del numeroso plantel actoral de la compañía.
Sin aforadas ni otras triquiñuelas escenográficas, el grandioso marco del auditorio Pilar Bardem se transformó en un vistoso tablero de juego central a cuyos márgenes oscuros seguía habiendo cabida para la acción.
La experta combinación del selecto mobiliario de corte aristocrático, con un vestuario creíble y los detalles de iluminación directa sobre el escenario, recreó sin saturar y con pleno acierto el salón, los corredores y otros aledaños del caserón de época en el que se desarrolla la obra.
Como tituló Noel Coward en la comedia de similar trama, Un espíritu burlón; así es Jardiel, un espíritu que se burló de todo y de todos. Ya en la introducción a Un marido de ida y vuelta, cuenta Jardiel Poncela su juego con el empresario teatral Arturo Serrano, hablándole de una comedia de la que aún no ha escrito nada. En este montaje de Unicornio Teatro, así lo cuenta el propio autor, que, como un personaje más, interviene abriendo la obra, rompiendo la cuarta pared y dirigiéndose a los espectadores con una maniobra meta teatral que engancha al público desde el primer momento.
La trama comienza presentando al lado más gamberro de los personajes, con motivo de la celebración de un baile de disfraces en pleno carnaval. El humor absurdo, las acciones insólitas, una hábil dosificación de la intriga y los juegos lingüísticos son las herramientas, inspiradas por Poncela, con las que Unicornio Teatro logra distorsionar la lógica de lo cotidiano, provocando un efecto sorpresa que mantiene encendida la sonrisa en el respetable durante toda la obra, salvo cuando esta estalla en carcajada, mientras asiste a la historia de Pepe, un marido dominado por su autoritaria esposa que muere víctima de un ataque cardíaco el día en que ella le obliga a afeitarse la barba para acudir a un baile de disfraces vestido de torero. Su espectro empieza a provocar los más inesperados enredos hasta que, finalmente, consigue materializarse e instalarse en la casa con el fin de recuperar a su mujer, que acaba de casarse con su mejor amigo.
En lo mejorable, quizás el escaso efecto del foco seguidor para señalar al espectro de Pepe, que más que darle chanza, pueda rayarle el protagonismo aunque, dicho sea también, en el entorno absurdo en que se mueve la acción, todo tenga sentido.
En definitiva, un montaje muy bien orquestado que aprovecha la experiencia de una dirección exquisita y la sana complicidad de un conjunto de actrices y actores a los que no duelen prendas para poner toda la carne en el asador representando personajes secundarios que hacen brillar a los protagonistas.
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