Decimoquinta jornada de la V Muestra. Lo Más Crudo Teatro y la moraleja de dar y recibir

El domingo 27, Lo Más Crudo Teatro, puso en escena Martes, versión teatral y libre de la novela de Mitch Albom “Tuesday with Morrie”

Cuando hablamos de la compañía Lo Más Crudo Teatro, la primera palabra que nos viene a la cabeza es riesgo; después (o quizás antes) reflexión.

Sepu Sepúlveda asume este estado febril de creación desde la impunidad que le confiere su calidad de investigador empírico. En un estado permanente de ensayo y error, tras haber sido inoculado con el virus benigno de la influencia de algunos grandes maestros, es el discípulo disciplinado que antepone la técnica de aquellos al libre albedrío de los actores. El cuerpo habla mejor si se aprende a dominarlo.

Desde esta concepción, apostó por llevar a escena una adaptación propia de Martes con mi viejo profesor, la novela biográfica escrita por el estadounidense Mitch Albom. en 1997, con más de 11 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y que también fue llevada a la gran pantalla.

Sin duda, la atmósfera idílica del Teatro Real Carlos III de Aranjuez potencia la puesta en escena de una obra que logra unificar los planos significante y significado de cada uno de sus signos. “En palabras de la investigadora alemana Erika Fischer-Lichte (1999), el teatro reúne en su seno un amplio número de signos heterogéneos –lingüísticos, paralingüísticos, mímica, etc.-, cada uno de ellos con una forma distinta de manifestar el significado” (Grueso Pascual, 2019: 19).

La obra consta de dos personajes: Morrie y Mitch, quienes consiguen conectar con el público mediante una lograda interpretación capaz de crear una atmósfera de realidad en torno al carácter marcadamente emocional que presenta la trama. En este sentido, el excelente desenvolvimiento corporal de José Santiago (Mitch) y Javier Páez (Morrie) brinda total credibilidad y energía a la obra, evidenciando la fluida progresión dramática del tándem. Asistimos a una excelente representación de la verdad; ese diamante cuyo brillo envuelve al propio texto detrás del que se oculta; algo no tan fácil de encontrar en los escenarios. La representación nos deja impresos varios fotogramas muy conmovedores.

Martes es una obra cargada de reflexión que interconecta varios aspectos de la sociedad moderna y la metafísica. Las cadenas del compromiso tanto familiar como profesional, el miedo a la muerte y al amor, o la indefensión ante una enfermedad incurable, son la razón perfecta para poner en valor la amistad por encima de cualquier otra componenda. La relación entre Morrie y Mitch, que se remonta a sus años de profesor y alumno en la universidad, se transforma en un aprendizaje bilateral cuando Mitch se entera de que su ex profesor se encuentra en la fase terminal de una enfermedad terrible, tras haber estado incomunicados durante muchos años. Es imposible, como espectador, no sentirse involucrado en la representación.

Un único espacio escénico recrea varios ambientes sin necesidad de recurrir a cambios de decorado, haciendo gala de un cuidado diseño de luces y del espacio sonoro. Discreta la caracterización, en perfecta armonía con la verdad de una historia que debe ser contada, y lo es, de manera creíble. En lo mejorable, hubo algunos momentos en los que podría corregirse la ubicación de los actores que se encontraban fuera de sus canales de luz, aunque, como ya se ha referido, hasta en las sombras se dejaba sentir el buen oficio corporal de ambos.

Es evidente el amor por el teatro y el sentido profesional del trabajo con el que se han empelado todos ‘los actores’ del equipo en esta representación. El público despidió a los intérpretes con un caluroso aplauso agradeciendo tanto la calidad artística como humana que se apreció sobre las tablas.

Darcy Abad.

Agradecimientos:

Teatro Real Carlos III de Aranjuez, Ayuntamiento de Aranjuez, Lo Más Crudo Teatro, Universidad Rey Juan Carlos, Darcy Abad Pallo, Ayuntamiento de Madrid.

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