El pasado viernes, 30 de mayo, el lujoso y elegante Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares, acogió el último trabajo del grupo local La Locandiera, TOC: Una terapia de choque. Se trata de la popular comedia francesa, Toc, Toc, escrita por Laurent Baffie (en versión de Francisco Campos) y supone la décima representación que celebra la V Muestra de Teatro Aficionado de Madrid. En el caso que nos ocupa, La Locandiera ha creado una nueva adaptación del guion cinematográfico de la obra del humorista francés que dirigió Vicente Villanueva en 2017.
TOC: Una terapia de choque narra las vicisitudes en torno al trastorno obsesivo compulsivo, que se manifiesta en la tendencia a decir obscenidades, la repetición sistemática de palabras o frases, la necesidad patológica de contar objetos o el miedo extremo a enfermar. De esta manera, los personajes se encontrarán en un escenario común donde tendrán que convivir con los problemas del resto.
Es innegable el talento que ha derrochado Laurent Baffie cuando escribió esta obra -aún se sigue representando en la capital y ya va por su temporada número 12- al adentrarse en el espinoso asunto de estos trastornos, sin caer en la grosería o el mal gusto.
Y, en este sentido, La Locandiera se desmarca por lo mismo. Tal vez la ligereza del libreto no imprima suficientes dosis de comedia limitando sus posibilidades interpretativas. La progresión dramática se detiene cuando quedan al descubierto todos los ‘Toc’ de los protagonistas y la sucesión de gags va perdiendo fuerza.
Ello no quiere decir que la pieza se resienta en su ritmo y tempo dramático o que sus seis actores no realicen un trabajo interpretativo espléndido; muy al contrario, son ejemplo del buen hacer del teatro no profesional en las condiciones que requiere este montaje: fluidez, precisión y energía que, su director, Francisco Campos ha logrado representar con éxito.
En cuanto a su puesta en escena, TOC: Una terapia de choque presenta un amplio espacio universal de una sala de consultas de estilo clásico, con suficientes elementos escenográficos que no recargan la escena y que facilitan el desarrollo de juegos escénicos atractivos.
Así las cosas, podemos concluir que nos hallamos ante un muy buen trabajo actoral, bien engrasado en sus espacios sonoros y lumínicos, y que, en gran medida, hará pasar un rato divertido al respetable.
José Luis Panero
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