Decimo primera jornada de la V Muestra. Honda Teatro hace un guiño al genio Chéjov

El domingo 30 de mayo, Honda Teatro puso en escena El Canto del Cisne, una compilación de varios textos del ruso Chéjov, con una sutil quiebra de la cuarta pared.

Honda Teatro, como la mayor parte de nuestra familia teatral, nació con vocación de magisterio. Poner en valor la historia del teatro sobre la codicia del éxito y la ganancia hace que hacer teatro sea un ejercicio continuo de praxis académica. La escuela rusa es quizá el mejor nicho de investigación y experimentación que haya existido justo antes de la “moderna edad” de las artes escénicas.

La vanguardia tecnológica nos llevará seguramente y de manera inexorable hacia una concepción diferente del modo de entender la escena. Mientras que el color líquido de las lámparas led, el vídeo mapping, el nuevo arte sonoro en el teatro posdramático y las técnicas hologramáticas están dando paso a un espacio hipermedia en el que la performance abraza a lo tradicional, este espectáculo regresa a la génesis del naturalismo, donde todavía el peso dramático recae sobre elementos más terrenales, humanos y mucho más mundanos.

Fiel a la simbología de Chéjov, El Canto del Cisne (la adapatación de Eusebio Luna) es una compilación de pequeñas – por lo que tienen de cortas – obras del autor ruso en la que, aprovechando el metalenguaje de la obra original, hila de manera singular a todas ellas. Ivanich Svetlovidov, el personaje protagonista de El Canto del Cisne, rememora la historia de su vida como si las otras cuatro obras hubieran formado parte de ella (de su vida): Una Petición de Mano, El Oso, La Institutriz y El Aniversario.

La escenografía es austera pero los personajes están muy bien caracterizados y el vestuario ha sido cuidadosamente elegido, en línea con “la técnica de «acción indirecta» que insiste en los detalles de caracterización e interacción entre los personajes más que en el argumento o la acción directa, de forma que lo que se deja sin decir muchas veces es más importante que lo que los personajes dicen y expresan realmente“. Ahora bien, para que esta técnica funcione, se precisa una perfecta dicción de todos los actores, de manera que el público no se distraiga de aquellos detalles mientras ocupa su mente en entender y comprender los diálogos; algo así como lo que podría ocurrir en las obras cinematográficas subtituladas, cuando no se tiene la suficiente destreza como para seguir la lectura al mismo tiempo que no se pierde ripio sobre la escena.

Final redondo con el personaje de Ivanich Svetlovidov interpretando a Feste, el bufón del rey de Noche de Reyes, y aplausos generalizados para todo el elenco por parte de un público entendido que disfrutó con el humor entre líneas de estos cuatro grandes relatos pero que echó en falta una mejor sonorización.

Agradecimientos:

Centro Cultural Antonio Machado, Darcy Abad Pallo, Honda Teatro, Ayuntamiento de Madrid.

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